¿Con qué criterios definen una región tradicional o no tradicional de producción de coca?

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¿Con qué criterios definen una región tradicional o no tradicional de producción de coca?

Periódico Digital PIEB • 11-03-2013 ¿Con qué criterios técnicos, históricos, sociológicos o políticos se define una región tradicional de producción de coca? La pregunta la plantea el sociólogo David Llanos, quien considera que de esa delimitación depende la inclusión o exclusión económica y social de poblaciones campesinas íntegras. Los datos oficiales citados por Llanos y recogidos por estudios de la antropóloga Alison Spedding reconocen desde el año 2008 a 334 comunidades campesinas dentro del cordón de cultivos tradicionales en los Yungas, mientas que otros documentos oficiales del gobierno y de asociaciones de productores reconocen 484 comunidades en general. Con base en esos datos se estima que el 69% de las poblaciones estaría dentro del cordón tradicional en los Yungas, el resto (31%) queda fuera de esa zona. El sociólogo se pregunta cómo y con qué criterios básicos se establecen estos cordones tradicionales, que provocan conflictos de límites entre fronteras de municipios. Según explica, “falta saber si son criterios técnicos, históricos o arbitrarios…, hay información que circula acerca de que mucha gente de Sud Yungas, específicamente en La Asunta y Caranavi, frontera con Nor Yungas, quiere pertenecer a Coripata porque quieren gozar del beneficio simbólico de ese cordón tradicional”. La interrogante de Llanos viene a partir de una investigación, a invitación de productores de provincia Muñecas, para conocer cómo se desarrolló históricamente la producción de coca en esa región. Las fuentes documentales acerca de la producción de coca en el cantón Camata y Carijana, provincia Muñecas y Bautista Saavedra, respectivamente, fue escudriñada hasta remontarse a épocas prehispánicas. “En el primer caso, en base a datos etnohistóricos, revisando el Archivo General de Indias, concretamente el documento Justicia Número 405, se puede evidenciar testimonios del 4 de julio de 1563, donde funcionarios españoles en Cuzco interrogan a líderes locales”, dice Llanos. La declaración histórica recogida señala: “Cuando venían los indios a esta ciudad Cuzco del pueblo de Camata por mandato del inca a dar música y entre otras cosas que tenían por costumbre, venían con ellos debajo de su sujetación los dichos indios de Carichani (es decir Charazani) y que asimismo este testigo habría visto que dichos indios de Camata dejaban a los incas lo que es la coca”. Como coordinador de la investigación, el sociólogo Llanos asegura que ese testimonio “es un dato de los inicios del proceso de colonización” que viene complementado, además, con la afirmación de los funcionarios incaicos de que habrían comprobado la existencia de plantaciones de coca en Camata y Carijana. Aquí viene la interrogante acerca de cómo sirven los datos históricos a esta importante delimitación política que se hace de las plantaciones cocaleras para definirlas como tradicionales o no tradicionales. Las comunidades de Muñecas y Bautista Saavedra no están dentro de la zona de producción tradicional, definida en la Ley 1008. La producción de coca en esta región es básicamente para el consumo local, se usa en medicina kallawaya, aunque los productores tienen la intención de llevar esa coca al mercado. “Es importante abrir el debate –dice Llanos-- sobre la cuestión de la coca originaria, ancestral y tradicional. En función de esta investigación hemos llegado a definir más o menos en qué consistiría lo originario en esta región. La producción de coca de Camata y Carijana es originaria porque es parte del ecosistema en su forma natural y ecológica, es originaria porque los productores cultivan sin uso de agro-tóxicos, es originaria porque los cocales están labrados en pequeños micro niveles ecológicos y en extensiones menores, y es ancestral que se remonta a épocas prehispánicas”. David Llanos puede ser contactado en el correo dllanos.31@gmail.com