miércoles, 3 de abril de 2013

La gestión del agua en dos ciudades intermedias está cruzada por conflictos y pugnas de poder

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La gestión del agua en dos ciudades intermedias está cruzada por conflictos y pugnas de poder
Periódico Digital PIEB • 01-04-2013 gestión del agua Periódico Digital PIEBLa gestión del agua atraviesa una crisis tanto en el manejo al interior de la comunidad como en una administración pública más urbana, dice el antropólogo Pedro Pachaguaya, que ha estudiado el tema en ciudades intermedias, vinculadas estrechamente al campo, como Coroico y Copacabana. Una lectura de las relaciones de orden político, económico, cultural y ambiental, atravesadas por conflictos y pugnas de poder, pone en duda la existencia de una gestión del agua y de su integralidad.
La investigación “Medio ambiente, cultura, género, poder y conflicto en la gestión del agua en ciudades intermedias Coroico y Copacabana”, desarrollada por los antropólogos René Chuquimia Escóbar y Pedro Pachaguaya, indaga en las particularidades de la administración del recurso en dos contextos que guardan diferencias y similitudes. La publicación, auspiciada por recursos IDH de la Universidad Mayor de San Andrés, se presentó el 1 de abril en el Museo de Etnografía y Folklore (MUSEF).
Los investigadores parten por plantearse el concepto de Gestión Integral de Recursos Hídricos (GIRH), para luego analizar si esta concepción está presente en la administración del recurso. El antropólogo Pedro Pachaguaya explica que las ciudades intermedias son lugares de contacto (más que de frontera) entre visiones urbanas y rurales, ideologías modernas y tradicionales, vecinos extranjeros y comunarios campesinos, propiedades privadas y propiedad comunales. En ese contexto existe una crisis sobre la visión del agua, pues una defiende la visión comunitaria y otra la visión privatizadora.
El investigador afirma que la visión de la GIRH implica precisamente que cualquier uso del agua merece un pago en moneda. Esto causa un problema porque mientras los productores defienden el agua como un bien común, su razón práctica les lleva a otorgar una significación especial al recurso como valor mercantil y fuente de poder.
Los usuarios, los comités de agua y las alcaldías (representantes gubernamentales) son los actores que intervienen en la gestión del agua, con frecuentes conflictos entre ellos, conflictos que a la vez tienen que ver con el acceso y uso de la tierra.
La contaminación minera, la alta generación de basura y la presencia masiva de visitantes (turistas), con la actividad hotelera como correlato, son factores que en ambas ciudades provocan distintas formas de usar el agua, por tanto merecedoras de otro tipo de gestión y de prevención de conflictos. A pesar de la necesidad de regular los problemas, no existe una regla, un decreto de usos o una ley de aguas para prevenirlos, Pachaguaya dice que las comunidades tienen reglas propias que se modifican frecuentemente, pues aparecen nuevos conflictos a diario y nuevas formas de resolución.
La lucha por el poder y el conflicto suceden al interior de la ciudad intermedia, “específicamente entre la industria hotelera y los vecinos, conflicto que cruza el tema de la equidad, el pago por el costo del consumo de agua y las piscinas en el caso de Coroico, mientras que en Copacabana es por el costo del consumo y la relación del Comité de Aguas y dueños de hoteles haciendo una suerte de alianza”. Aquí aparece el concepto de uso irracional del agua en que incurren, en criterio de los comunarios, los hoteleros, lavaderos de vehículos y otras actividades similares.
Los investigadores opinan que un asunto pendiente para una cultura de la gestión del agua es la elaboración de normas sobre el uso de agua, especialmente para tiempos de escasez del recurso que es cuando más conflictos aparecen.
Bibliografía sugerida: Ch’ikat ch’ikat uma jaljasiña: uso, manejo y gestión del agua desde una perspectiva de género. Perales, Víctor Hugo. PIEB. 2008.

Normas indígenas y consuetudinarias sobre la gestión del agua en Bolivia. Centro AGUA. 2006. 

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